Desahogo impulsivo sin edición ni correcciones. Carta fragmento.
"Otra estafa de la vida. Si… que el dólar, que los precios, que la energía, que los subsidios, que la política… ¡Basta!
"Otra estafa de la vida. Si… que el dólar, que los precios, que la energía, que los subsidios, que la política… ¡Basta!
¡Mirá al lado tuyo por favor! Un pasado complejo todos, en mayor o menor medida, lo hemos tenido. En algunos casos, el pasado se mezcla mucho con el presente, y eso es algo por reparar. Yo también la pasé mal. Y lo digo claramente: pasé. Quedó atrás y no tengo ganas de traerlo a mi cabeza nuevamente.
Te reconozco nostálgico; yo también lo soy en parte. Las cosas buenas y las cosas malas también conforman la materia de la que estamos hechos. Y no es posible descartarla, pues sino nos desintegraríamos. Pero todo tiene su proceso. Un inicio, una permanencia determinada y un fin. Y de ello queda lo que debe quedar para seguir construyéndonos. Y no es posible volver atrás. Sería como no querer avanzar. No progresar en un sentido espiritual.
“Las cosas por algo pasan". Esa es frase de una hermana. Antes no la creía. Me sonaba a predestinación. Pero no es así. Nosotros elegimos qué hacer con lo que nos pasa. Nosotros atraemos lo que nos pasa. Y seguramente, lo que a mí me está pasando ahora, sea por esto. Por ello decido escribirlo, como desahogo y para asentar lo bueno que mañana me sucederá. Para reconocer en este relato esa materia que construyó mi espíritu para lo bueno que vendrá.
Y a la vez hago catarsis. Tengo bronca. Si, la tengo. La tengo porque tu pasado te ciega y siento que no me estás viendo. Puede ser que sea yo la invisible. Ese manto asqueroso que no deja mostrarme en las ocasiones que me gustaría ser vista, como lo es en este momento.
(…)
Somos muy diferentes y eso me da vértigo. Y me enamoré del vértigo. Me gusta sentirlo y lo disfruto. Pero lo disfruto si es que sé que estamos juntos en esa diferencia. Ése es el vértigo que quiero sentir. El de aprender con vos cerca. Pero siento que no me estás dando la chance. Y allí se pierde toda democracia. Tengo ganas de que nos conozcamos, pero no te acercás ni me dejás acercarme. Tampoco hay igualdad en eso.
Me gustaría tener la ocasión de decir que lo nuestro funcionó o no… pero no me das siquiera la oportunidad de poder vivirlo. La vida me estafa otra vez en eso. Me lo muestra claramente frente a mi… y me dice: “pero no te ilusiones, que no vas a poder tener la chance”. Y me da bronca… ¡mucha bronca!"
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